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Recientemente la ex primera dama Sandra Torres intentó, por tercera vez, sumarse a la también ex primera dama Xiomara Castro para transformarse en la segunda presidenta en ejercicio en América Latina en las controvertidas elecciones en Guatemala. El domingo 24 de septiembre, la ex primera dama Marta Linares de Martinelli confirmó que irá como candidata a vicepresidenta en las elecciones en Panamá en mayo de 2024 acompañando a su marido en la fórmula presidencial. Torres, Linares y Castro, quien gobierna Honduras desde 2022, se transformaron en políticas exitosas tras ejercer la función de primera dama. La relación no es casualidad: el puesto ha servido de manera creciente como trampolín para muchas políticas exitosas en América Latina.
La politización de las primeras damas las ha consolidado como miembros de la élite política (Guerrero Valencia y Arana Araya, 2019). Entre 1999 y 2016, ex primeras damas se presentaron 26 veces como candidatas a la presidencia, vicepresidencia, o el Congreso, resultando electas en 19 ocasiones (Guerrero Valencia y Arana Araya, 2018). Entre 1999 y 2023, nueve ex primeras damas se han presentado 19 veces como candidatas al Poder Ejecutivo. Este fenómeno ha aumentado significativamente desde 2010 principalmente en América Central, que concentra el 68,4 % de las candidaturas donde se han presentado un total de 13 de candidaturas al Poder Ejecutivo (seis a la presidencia y siete a la vicepresidencia) resultando electas en cinco ocasiones (una presidencia y cuatro vicepresidencias).
Estas candidaturas no dejan de ser controversiales por motivos vinculados principalmente a la eminente creación de dinastías políticas en democracias y a los límites legales electorales en algunos países. Tres casos llegaron a la Corte Constitucional de sus países: Raquel Blandón en 1989 y Sandra Torres en 2011, ambas en Guatemala, y Marta Martinelli en 2014 en Panamá. “Me divorcio del Presidente (Álvaro Colom) para casarme con el pueblo” dijo en 2011 Sandra Torres, con el fin de lanzar su primera candidatura presidencial. Sin embargo, la Corte Constitucional de Guatemala dictaminó que el inciso C del artículo 186 de la Constitución impedía su candidatura, al estar prohibida a los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad mientras el presidente mientras permanece en funciones (Fernández, 2011).
Ex primeras damas al Poder Ejecutivo
Como muestra la Tabla 1, desde 1990 hasta ahora nueve ex primeras damas se han lanzado 19 veces como candidatas a la presidencia o vicepresidencia en América Latina, y han ganado en ocho oportunidades. Antes de Castro, Cristina Fernández fue la primera ex primera dama en llegar a la presidencia por la vía electoral (dos veces), y desde 2019 es la vicepresidenta de Argentina. Rosario Murillo ejerce como vicepresidenta de Nicaragua desde 2016 (reelegida en 2021), mientras que Margarita Cedeño ejerció como vicepresidenta en dos períodos, entre 2012 y 2020.
Tabla 1. Candidaturas a la presidencia y vicepresidencia de ex primeras damas (1990-2023)
País | Nombre | Experiencia política previa
(Cargo, años) |
Período como primera dama | Experiencia política posterior (cargo al que se postula, año candidatura) | ¿Electa? | Período |
Argentina | Cristina Fernández de Kirchner | Diputada, 1989-1995 | 2003-2007 | Presidenta, 2007 | Sí | 2007-2011 |
Senadora, 1995-1997 | ||||||
Diputada, 1997-2001 | Presidenta, 2011 | Sí | 2011-2015 | |||
Senadora, 2001-2005 | ||||||
Senadora, 2005-2007 | ||||||
Presidenta 2007-2015 | Vicepresidenta, 2019 | Sí | 2019- | |||
Guatemala | Raquel Blandón de Cerezo | Ninguna | 1986-1991 | Vicepresidenta, 2011 | No | – |
Patricia Escobar de Arzú | Ninguna | 1996-2000 | Presidenta, 2011 | No | – | |
Sandra Torres | Fundadora Partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), 2002 | 2008-2011 | Presidenta, 2015 | No | – | |
Presidenta, 2019 | No | – | ||||
Presidenta 2023 | ? | – | ||||
Honduras | Xiomara Castro de Zelaya | Ninguna | 2006-2009 | Presidenta, 2013 | No | – |
Presidenta, 2022 | Si | 2022- | ||||
Nicaragua | Rosario Murillo | Legisladora, 1984-1990 | 1985-1990 2007-2016 | Vicepresidenta, 2016 | Si | 2017-2022 |
Vicepresidenta, 2021 | Sí | 2022- | ||||
Panamá | Marta Linares de Martinelli | Ninguna | 2009-2013 | Vicepresidenta, 2014 | No | – |
Perú
|
Keiko Fujimori | Ninguna | 1994-2000 | Presidenta, 2011 | No | – |
Presidenta, 2016 | No | – | ||||
Presidenta, 2021 | No | – | ||||
República Dominicana | Margarita Cedeño de Fernández | Ninguna | 2004-2012 | Vicepresidenta, 2012 | Sí | 2012-2016 |
Vicepresidenta, 2016 | Sí | 2016-2020 | ||||
Vicepresidenta, 2020 | No |
Fuente: Elaboración propia.
Además de los casos mostrados en la tabla, en los últimos años hubo dos ex primeras damas que fueron precandidatas presidenciales, pero no llegaron a la elección: Margarita Zavala renunció antes de la elección presidencial en 2018 en México, mientras que Cristiana Chamorro no pudo competir en 2021 en Nicaragua porque fue arrestada por orden del gobierno. Además, está el caso de la ex Presidenta de Panamá entre 1999 y 2004, Mireya Moscoso, quien fue primera dama solo 11 días en 1968.
En el grupo de candidatas hay algunas que tenían una carrera política antes de ser primeras damas, como Cristina Fernández, Rosario Murillo, y Sandra Torres. Otras, a pesar de su inexperiencia inicial, con el tiempo se transformaron en políticas profesionales. Por ejemplo, Keiko Fujimori fue electa congresista (2006-2011) en Perú tras reemplazar como primera dama a su madre entre 1994 y 2000. Posteriormente, ella se ha presentado tres veces a la presidencia (2011, 2016 y 2021), siendo derrotada en todas las incursiones por un estrecho margen en la segunda vuelta electoral.
En Arana Araya y Guerrero Valencia (2022), mostramos que la probabilidad predicha de que las primeras damas con experiencia previa como políticas electas se presenten a las elecciones es del 70%, y que hay un 86% de posibilidades de que ellas compitan por llegar al Congreso, la presidencia o la vicepresidencia en la primera oportunidad que tengan tras dejar el Poder Ejecutivo.
La tendencia al alza de las candidaturas es clara: 15 de las 26 candidaturas que ocurrieron entre 1990 y 2016 se produjeron en los últimos seis años de la muestra. Desde 2016, ya son cinco las ex primeras damas que han competido por la presidencia.
La tendencia no es solo latinoamericana. En Estados Unidos, Hillary Clinton se convirtió en la primera ex primera dama en ser candidata al Senado (en 2001), a primarias presidenciales (2008), y a la presidencia (2016). La ex primera dama Michelle Obama luego resistió la presión para ser candidata. En Asia, la ex primera dama de Corea del Sur Park Geun-hye se convirtió en presidenta en 2013. En África, ex primeras damas han competido por la legislatura en Uganda y la presidencia en Ghana y Sudáfrica.
¿Por qué tantas primeras damas luego se lanzan como candidatas?
Como argumentamos en Arana Araya y Guerrero Valencia (2022), existen tres razones que hacen que sean candidatas únicas. Primero, ellas gozan de amplio reconocimiento público y cobertura mediática, lo que les permite darse a conocer, influenciar la agenda pública, y posicionarse en temas relevantes. Eso explica por qué muchas veces las primeras damas son vistas como ejemplos a seguir como mujeres, activistas o madres. Y cuando se involucran en políticas públicas, suelen ser en asuntos no controversiales que les dan popularidad, como promover una vida sana o inaugurar jardines infantiles.
Segundo, las primeras damas disfrutan de numerosos privilegios debido a su acceso al ápex del Poder Ejecutivo. La posición les permite desarrollar conexiones personales con las élites y así aumentar su propio capital político. Tercero, la imagen pública de las primeras damas está inevitablemente conectada al político más poderoso del país. Esto conlleva asociaciones tanto positivas como negativas, pero ineludiblemente la imagen presidencial se les transfiere parcialmente a ellas.
Creemos que la elección de ex primeras damas promueve la representación política de mujeres ya que ellas ayudan a compensar la disparidad de género que existe en puestos de poder. Ellas también ayudan a atraer a otras mujeres a puestos de elección popular y normalizan su participación en la arena pública. Sin embargo, la elección de ex primeras damas también refuerza las relaciones dinásticas en la élite política. Cuando se agregan ex primeras damas a la lista de familiares políticos en posiciones de poder en América Latina se refuerza también a las familias que ya se concentran en la cúspide, restringiendo la competitividad de los sistemas políticos regionales (Arana Araya, 2016).
Bibliografía
Arana Araya, I. (2016). Democracia y matrimonios presidenciales Poca competencia y rotación en la élite política. Nueva Sociedad.
Arana Araya, I., & Guerrero Valencia, C. (2022). When Do First Ladies Run for Office? Lessons from Latin America. Latin American Politics and Society, 64(3), 93-116.
Fernández, D. (2011). Sandra Torres quiere casarse con Guatemala. Foreign Affairs Latinoamérica, 11(3), 2-11.
Guerrero Valencia, C., & Arana Araya, I. (2018). Mucho más que acompañantes: La irrupción electoral de las primeras damas latinoamericanas, 1990-2016. En J. Suárez-Cao & L. Miranda Leibe, La política siempre ha sido cosa de mujeres: Elecciones y protagonistas en Chile y la región. Flacso Chile.
Guerrero Valencia, C., & Arana Araya, I. (2019). Las primeras damas como miembros de la elite política. América Latina Hoy, 81, 31-49.